jueves, 3 de julio de 2008

Linux ha muerto, viva Linux.

Bueno, tenía pensado escribir un post resumiendo mi experiencia con Linux cuando, zas, se me ha ido la instalación a la mierda. Se me quedó colgado un programa, intenté matarlo pero todo el entorno gráfico estaba colgado. En estos casos lo más fácil es salir a una consola de texto, hacer login, listar los procesos, y con un kill -9, ¡problema arreglado!
Si embargo, un bug en Ubuntu 7.10 impide que funcionen correctamente los terminales de texto externos al entorno gráfico. Es un error conocido y que puede resolverse pero que yo nunca he hecho. Así que, como buen usuario de Windows, decidí dar un botonazo y rearrancar el ordenador. El resultado, el disco con ficheros dañados, algunos básicos.



Así que aquí me encuentro de nuevo, en la casilla de salida. O reinstalo Kubuntu 7.10, o instalo 8.04 o, por qué no, me cambio de distribución. Y he decidido hacer esto. Aunque OpenSuse 11 ha salido hace poco, me he decidido por Mandriva 2008 Spring. ¿Por qué? Porque he acabado un poco harto de los bugs de Ubuntu. Porque tengo muy gratos recuerdos de Mandrake. Y, finalmente, porque en esta comparativa la ponen por las nubes. A ver que sale de esta experiencia.

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